Cuando se acercan los dos años comienzan los comentarios, ahí vienen los berrinches y las pataletas, lo que has visto hasta ahora no se compara con lo vendrá, y bueno cada quien lo toma como quiere, amenaza o advertencia.
Ayer después de despedir a mi hija para que su papá la llevara a la escuela, lo primero que me vino a la mente fue qué fácil es ser la mamá de Sofía, supongo que algo en nuestra labor de ser padres no lo estamos haciendo tan mal, pero estoy convencida de algo, comunicación, hablar es la clave de muchas cosas, no debemos subestimar la capacidad de entendimiento de nuestros hijos.
A qué me refiero con ello, Sofía es de carácter fuerte, si quiere algo busca la manera de obtenerlo a como dé lugar, a veces uno puede ceder pero en otras simplemente se debe ser más enérgico porque está en juego su seguridad o se trata de un mero capricho.
Nuestra fórmula para enfrentar esos episodios ha sido hablar, ponernos a su nivel, y explicarle de manera sencilla las razones del porque sí o porque no se puede hacer algo, esto nos ha funcionado, para quitar el biberón nocturno, pero el hecho de explicarles y darles razones para que se comporte de determinada manera también ser un arma de doble filo.
La zona por la que vivimos tiene aceras muy estrechas y pasan demasiado autos, así que ella insistía en caminar para cruzar la calle, así que tuvimos que explicarle más de una vez que era mejor que la cargáramos, después de varias explicaciones al fin entendió. Pero un día estábamos en una calle muy transitada con una acera muy amplia, así que le pedí que caminara porque a mi ya me dolía la espalda de tanto cargarla, su respuesta fue: mamá no puedo caminar, porque pasan muchos carros... upps me dio una respuesta razonada utilizando los argumentos que yo le había dado, con ello aprendí que todo puede ser usado de manera inversa, habrá que seguir dialogando y empezar a tratar el tema de las excepciones que confirman la regla.
Sé que esto no es una técnica infalible, pues son unos críos ansiosos por conocer el mundo, por explorar y por desafiar a quien quiera ponerles límites, eso es lo más normal y sano, no me imagino tener una hija zombie que obedeciera a raja tabla lo que sus padres le dicen, me tiene enamorada el verla como aprende día a día, ver como se define su personalidad y como se adapta a este mundo, sin duda ser padres tiene momentos de tranquilidad y de alboroto, días buenos, días estresantes, días muy divertidos que te llevan a la cama con una gran sonrisa y un enorme cansancio.